domingo, 17 de mayo de 2009

La danza contemporánea renueva su intercambio internacional



Ale Cosin- Buenos Aires

En materia de danza contemporánea, promover un intercambio más fluido entre artistas pertenecientes a culturas diferentes pero a épocas sincrónicas, es sin duda importante para el enriquecimiento de los lenguajes de movimiento, de los modos de creación coreográfica, de la observación de las influencias y de los aportes entre unos y otros; es por ello que nos llama la atención gratamente la movida del Festival COCOA 10 años. Con motivo de cumplirse el décimo aniversario de su constitución, la Asociación de Coreógrafos Contemporáneos Danza Teatro Independiente, organizó una amplia y variada programación primero nacional y luego internacional. Desde agosto de este año, compañías y coreógrafos de Chile, Perú, México, Brasil, España y coproducciones con Francia y Holanda se suceden en diferentes salas, hasta fin de noviembre. Lo inédito es seguramente la ausencia de un criterio marketinero, puesto que los artistas no son elegidos por pertenecer al mainstream (consagrados) de la danza de sus países, si no por tener propuestas auténticas, austeras pero arriesgadas estéticamente. Hasta ahora han mostrado sus trabajos Mirella Carbone del Perú; la compañía A tempo dansa de España (en una ya larguísima gira por Latinoamérica), Cie. de la mentira de un bailarín argentino radicado en Francia; Quiatora Monorriel de México con un trabajo de improvisación entre una bailarina, un músico y un iluminador; las performers brasileras Helena Vieira y Marcela Levi con trabajos ligados al accionismo de género; en el mismo sentido pero con mayor trabajo en la materialidad del cuerpo Paz Rojo (España / Holanda); Diego Gil (Argentina / Holanda) con su acento en el movimiento; y una compañía ya reconocida en nuestro continente: Erre que erre de España. Este último grupo, de una trayectoria de más de 10 años también, ofreció una obra maravillosa (No pesa el corazón de los veloces en el Teatro El Cubo), de una danza depurada, madura, pero al mismo tiempo gozosa, efervescente; digna de los mejores festivales del mundo.Este panorama aunque no exhaustivo pero sorprendentemente diverso, continúa con Gustavo Ciríaco (Brasil), Javier Contreras Villaseñor (México) y finalizando la programación el colectivo artístico chileno Mundo Moebio / Escenalborde.

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